"Someone I loved once gave me a box full of darkness. It took me years to understand that this too, was a gift. "Mary Oliver
CUMPLEAÑOS
Es mi cumpleaños y me la he pasado
muy tranquila, con el corazón lleno de gratitud profunda por cada
día que se me ha dado vivir, desde que "en el vientre de mi madre, en lugar de
‘nada’, empezó a existir algo” (Viet Tahn Nguyen), hasta hoy.
Este post, lo voy a basar en
las respuestas que di a dos de las preguntas que venían en un cuestionario posterior
al retiro virtual de yoga que acabo de tomar.
Después de esta
inmersión, ¿qué te queda claro respecto de ti mismo, tus deseos, tu forma de
vivir, la dirección que quieres seguir? *
Desde muy niña, tuve la intuición, el anhelo y la necesidad de buscar sin
descanso "lo esencial que es invisible para los ojos", así como la
guía para ir acercándome, paulatinamente, a ese inmenso océano que es la realidad que todo lo sustenta, para bañar mis pies en su orilla y para poco a poco ir caminando hacia partes más hondas. Eso a su vez me ha permitido, aunque sea de forma imperfecta, ir valorando y respetando más la persona que soy; la manera en que eso “invisible” eligió
manifestarse a través de mí, de mis puntos luminosos y también de los oscuros.
De aquí para adelante siento que la tarea es seguir dando pequeños pasos
todos los días, para que lo "esencial" ocupe cada vez más espacio en
mi ser y en mi vida, para que la conciencia de que "Dios está adentro, yo
estoy afuera" (Meister Eckhart) sea cada vez más clara y abarcadora.
Creo que ésa es
nuestra "humilde" tarea: hacer, todos los días, la talacha que posibilita
que la generosidad de la vida se derrame sobre nosotros y deleitarnos en esa
lluvia de bendiciones. Nunca darla por sentada y poder verla incluso en la incertidumbre y en lo absurdo de esta existencia. Como dicen los gringous, a nosotros nos toca el "showing up", llegar a la cita, dispuestos a hacer nuestra parte... Lo demás, se da solo.
Comentarios libres:
vacíate y cuéntanos! *
De niña, me tocó vivir cosas que,
aunque no son tremendamente trágicas, en especial en comparación con el
sufrimiento infinito que existe en este mundo, sí afectaron mi ser en niveles
muy profundos. Me ha costado mucho trabajo, mucho enfoque, y también valor, irlas trabajando y superando. Sin embargo, nunca estuve sola en mi caminar. Tuve/tengo:
Una escuela que me enseñó a pensar y maestros
a quienes admirar y en quienes confiar.
Una abuela, tíos y primos quienes, a pesar de que sólo los veía dos meses al año, poblaron mi infancia de momentos de alegría.
Una terapeuta increíblemente ética en
mi juventud y un analista increíblemente humano en mi adultez.
Amigos, unos
antiguos y otros más recientes, pero de quienes aprendo todos los días y en
cuyo cariño me refugio, aunque no nos veamos seguido.
Libros que me caían/caen de la
nada.
Una madre que me mostró en la práctica lo que son la presencia constante
y la solidaridad incondicional.
Un padre cuyo papel, hoy lo comprendo, no era/fue estar presente ni protegerme, sino "tan sólo" darme la vida... y abrir “la herida por
donde entra la luz” (Rumi).
Una
vocación que me hace feliz, a pesar de los discursos, míos y ajenos, según los cuales hubiera tenido que dedicarme a algo "más importante".
Experiencias variadas, algunas de luz y otras de oscuridad, que me
han ayudado a sanar dolores y carencias antiguas y que me han permitido, poco a
poco, ir viendo cómo se materializan en mi vida las cosas más bonitas que me
han deseado personas de corazón generoso, así como mis sueños de niña.
Una
intuición clara de dónde y cómo buscar dentro de mí, que resiste y sobrevive a los días en los que todo se ve negro, en los que el bullying interno se siente como arena movediza.
Pero sobre todo, y más allá de tantas bendiciones, la certeza, contundente y prístina, de que la
felicidad en sí no radica en el contenido específico de la vida que nos
toca vivir a cada uno de nosotros, sino en el hecho increíble y misterioso de estar vivos, de ser un
cauce por el que pasa el río de la vida, sin importar el color, la temperatura, la cantidad, la pureza o impureza de sus aguas, ni el tiempo, largo o corto, que corran por nosotros.
Del dolor nace la felicidad más
bella porque hay seres que nos enseñan cómo transformarlo, porque nunca estamos
solos, y porque todo está ganado de antemano.
¿Qué viniste a buscar?
¿Cuál es la “talacha diaria” que te
toca hacer a ti?
¿Qué cajas llenas de oscuridad te
han dado?
¿Qué regalos esconden?
Encuéntrame in IG: manzana_iridiscente12
Crédito foto: Caterina Berger en unsplash.com
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